24 feb 2016

Comunicar con tranquilidad, disfrutando del momento


cosas con k


Hace muy poquito que he tomado conciencia de que tengo que darle más importancia a la comunicación de Cosas Con K.
Así que llevo unos días empapándome de newsletters y blogs de fenómenas a las que admiro profundamente.

Entre tanto leer y tomar apuntes, y gracias a Gemma Fillol, he encontrado la palabra que decidí que me acompañaría en este año: TRANQUILIDAD. Quiero que todas las cosas que haga me reporten ese estado. 

Tengo pendientes colaboraciones que me hacen mucha ilusión, nuevas colecciones, diseños de nuevas prendas, empezar una newsletter… Mil cosas que voy a organizar y a meter en el planning anual, pero muy tranquilamente. 

Y es que me entró una necesidad imperiosa de tranquilidad este otoño pasado. Cambié de taller: de una habitación de casa a una habitación en  una nave industrial compartida con mucha más gente creativa a mi alrededor. Pero no era suficiente. Es cierto que gracias a eso he tenido una campaña de navidad mucho más relajada, organizada y efectiva, y también que he podido hacer mucha más producción que otros años, pero las ganas de salir de la ciudad seguían latentes.


Con todas esas energías puestas en un cambio real, acabo de trasladarme, junto a mi pareja, a una casita en un pueblo en La Cerdanya. Hemos venido a parar a Llívia sin conocerlo previamente, pero yo ya estoy enamorada del todo.


Sólo instalarme ya me ha cambiado el ritmo vital. Respiro tranquilidad y me llena. La nieve en el jardín, la puesta de sol desde la ventana de mi habitación, la montañita que veo desde el taller… Ahora estoy disfrutando de esa sensación que espero que dure muchísimo.


Y me he dado cuenta de lo poco que había pensado en la tranquilidad hasta ahora. No es que no creyera que es importante. Simplemente vivía rodeada de prisa… Desde que la he introducido en mi vida este invierno, todo fluye.


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