¿Lo has probado? ¿Sabes a qué me
refiero?
Quizá nunca te ha interesado o
piensas que no es para ti la idea de vivir relajada, pero cuando el calor
aprieta es más fácil tener ganas de ralentizar el ritmo. Yo me he pasado muchos
años convencida de que me gustaba vivir deprisa, pero de repente mi cuerpo ha
empezado a pedirme calma y aquí estoy… aprendiendo a vivir despacito. No te
creas que no tengo que esforzarme a veces para conseguirlo… porque el entorno
es propicio… pero a veces mi cabeza empieza a pensar rápido y tengo que estar
atenta para frenarla.
¿Qué tal tu verano? ¿Has disfrutado
de unos días de slowlife?
Slowlife, bonita palabra. Eso es
lo que venía buscando cuando llegué a Llívia. Y creo que lo he encontrado. Me
gusta mi casa, la cantidad de días soleados que tiene La Cerdanya, la
tranquilidad que me transmite mi taller, la velocidad a la que pasan los días,
la luz que entra en el comedor, las escapadas con ganas de volver a casa, el
aire fresquito a la sombra aunque sea pleno agosto, las visitas planeadas y las
inesperadas, las tardes de risas en casa de amigos, los desconnectings
improvidados con amigas, las clases de acrobacias aéreas con telas, la gente
nueva que ha entrado en mi vida, las vistas en cualquier excursión larga o
corta, los bañitos en ríos o piscinas prestadas, la naturaleza que me envuelve,
los pajaritos cantando de fondo mientras escribo, la cantidad de estrellas que
se ven desde mi ventana de noche, y seguramente más cosas que me olvido de
apuntar aquí.
Preparar las colecciones de invierno
es el trabajo que más me exige de COSAS CON K. Me implica muchos meses, este
año he empezado en junio. Bueno, de hecho empiezo cuando acaba la tempo de
nieve porque ya le doy vueltas sin querer a los colores que querré usar para el
siguiente año, a cuales modelos de sudaderas son los que más me han gustado…
Pero este año he empezado a centrarme fuertemente en el invierno después de San
Juan, a finales de junio, ¡vaya!
Ahora, en lo que a sudaderas se
refiere, estoy respirando tranquilamente porque tengo diseñadas y patronadas
todas las que creo que saldrán este año y terminada una primera tanda de chico
y una de chica: he cortado y cosido muuucho todos los días de agosto.
Aún así
es una pequeña parte de lo que quiero hacer, pero todo suma, ya ha pasado
agosto y había que disfrutarlo aunque fuera trabajando. Esta anticipación se debe
a la intención firme de huir del estrés que ha representado el otoño desde que
empecé la aventura de COSAS CON K en noviembre de 2012. Este año he decidido
disfrutar el otoño, disfrutar mi época de más trabajo. Te iré contando cómo va
todo…